Ya no sólo se venden productos “en latas”, ya grabados, sino que se exportan formatos, historias, estéticas que luego son replicadas en sus respectivas adaptaciones en cada país interesado, con sus propios actores y en su idioma.
La comedia argentina Los exitosos Pells (o Los exitosos Pérez, en México) es el mejor ejemplo de ello, con versiones en marcha, además, en Chile, España, Perú y también en Ecuador.
Próximamente también en Rusia y en Estados Unidos, donde se está cerca de cerrar la negociación con la productora de Eva Longoria para la cadena ABC.
El creador de Los Pells y La Lola, Sebastián Ortega, revela parte del secreto del éxito para que una historia local interese y repercuta en otros mercados: “Principalmente me parece que son historias universales, sobre la mujer y el hombre, pero desde un lugar actual, con disparadores originales.
Esto de tener que vivir la vida de otro me parece que es una fantasía universal, algo que la gente en cualquier parte del mundo se cuestiona: la posibilidad de viajar en el tiempo y poder volver el tiempo atrás”, señala el director de la productora Underground, de la cual Endemol Holanda posee 40% de las acciones.
“Los presupuestos para producir son inferiores a los que se tienen en Brasil u otros países, esto hace que la gente del equipo tenga que rebuscárselas y estimula mucho la creatividad”, agrega el productor, quien es hijo del célebre cantante popular Ramón Palito Ortega.
Logró imponer una nueva estética en la pantalla, más cuidada, alejada de los decorados de los “culebrones” latinos y más cerca del estilo de las buenas series de Estados Unidos y Europa, con propuestas más atrevidas y arriesgadas.
Quizás allí se origine la demanda hacia sus productos. “Las cadenas, como Televisa, están buscando renovarse un poco y atraer otro tipo de televidente que se estaba yendo para el cable, que es un público más joven, con otra visión de lo que quiere como contenido televisivo”, explica Ortega.
La televisión argentina comenzó a conquistar el mundo en los años 80 de la mano del productor y realizador Raúl Lecouna, quien exportó telenovelas argentinas a más de 35 países de regiones tan disímiles como Filipinas, Europa del Este y Latinoamérica.
Produjo más de 40 culebrones y fue el impulsor del fenómeno que desató a nivel internacional las telenovelas de la actriz y cantante uruguaya Natalia Oreiro, que comenzó con Muñeca brava.Pero hasta ahí, todo había sido la venta de las “latas” ya grabadas. Fue la irrupción de Cris Morena la que cambió el modelo vigente hasta entonces y abrió las puertas a la exportación de otros formatos, gracias a sus exitosas creaciones para los públicos infantiles y para los adolescentes.
Chiquititas, Floricienta y Rebelde way se multiplicaron en adaptaciones realizadas en varios países, entre ellos México, Colombia, Chile, Brasil, Portugal.
Programas como el juvenil Rebelde way y su banda de pop, Errewa, generaron además un fenómeno de masas en Israel, en donde los fanáticos incluso colmaron los estadios.
El programa de actualidad política Caiga quien caiga marcó otro hito, al llevar su propuesta irreverente a Chile, Brasil y España y convertirse en una marca registrada reconocida hasta por el ex presidente cubano Fidel Castro, quien reconocía a sus periodistas y se prestaba a sus chanzas y entrevistas.
La miniserie Los simuladores también captó la atención internacional y cuenta con una versión española —aunque con escasa repercusión— y otra versión mexicana en la que sus intérpretes copiaron hasta el más mínimo detalle de todos los personajes originales.
La televisión argentina recibió además en los últimos tiempos premios internacionales de categoría.
El ciclo Televisión por la identidad, que narró historias reales de niños secuestrados y apropiados por la última dictadura militar y recuperados por la organización Abuelas de Plaza de Mayo, recibió el premio Emmy Internacional a la Mejor Serie de la Televisión Mundial.Y la telenovela Vidas robadas, basada en casos de trata de personas, recibió varias nominaciones en el Seúl International Drama Awards.
“La televisión argentina es muy audaz y atrevida, los canales de aire están muy abiertos al cambio.
Y al funcionar acá nuevos programas y formatos, después vienen de otras partes del mundo y dicen: si funcionó acá, entonces pruebo en mi país”, resume el productor Sebastián Ortega.
Con buenos actores, ideas originales, directores muy capaces y producciones cuidadas, la tv de Argentina se está ganando un lugar en la pantalla mundial.
elporvenir
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