Por Mariano Colly (marianoc@primiciasya.com)
Me imagino que siendo lunes estás con expectativas para el debut del miércoles…
Sí… ¡Qué te parece! Vos ya estarás acostumbrado a ver lo que son los arranques de las ficciones. Un arranque siempre genera mucha expectativa, sobre todo cuando arrancaste a grabar con un tiempo de anticipación. Pero es directamente proporcional la expectativa que tengo con la seguridad de que estamos haciendo una cosa que es muy divertida y linda de ver.
Sos bastante selectivo con los productos que hacés, te tomás tu tiempo, calculo que tiene que ver con elegir el producto que te gusta, ¿No?
Sí, pero lo que pasa en este caso que, más allá de elegir o no el proyecto, que fuimos abordando, que fue cambiando, lo que elegí es la escudería con la que estoy corriendo. Cuando me llamó Tomás (Yankelevich, productor y actual director artístico de Telefe) para laburar me sumé sin un libro ni nada porque me interesaba mucho laburar con él. Y después a todo esto se sumó Gustavo (Yankelevich), así que muchísimo mejor. Luego vino la etapa de los actores que se fueron sumando al proyecto y la verdad que estoy fascinado con lo que armamos.
¿Te gusta cambiar de género, en este caso para volver a la comedia?
Sí, y tocar distintas cuerdas. Fijate que hice Vidas Robadas y ahora vuelvo con Cuando me sonreís. Pero en el medio de estas dos hice una obra de teatro que se llamó Poder se puede en la que interpretaba a un alpinista de 1950, que en los ´70 se había congelado en una grieta, o sea que hoy era una momia, y que tenía que ver con la concientización de la detección temprana respecto a la salud. Con lo cual, sí, a mi me gusta mucho hacer proyectos lo más variados posible.
También hiciste una obra magnifica con Pepe Soriano…
Ah, sí, Visitando al señor Green. Una obra maravillosa. Muy linda obra…
Con el teatro tenés la posibilidad del cara a cara con la gente, algo que experimentás un poco con tu Twitter…
Es lo que más me gusta de mi profesión. Cuando estás en el teatro tenés la suerte de estar ahí con la gente. Pero cuando hacés televisión, ¿Cómo lo recibís? Salvo cuando estás caminando por la calle. Pero si no está el ida y vuelta te aburrís mucho. Que es lo que me pasa a mí. Yo siempre tuve muchos, pero muchos problemas para comunicarme… Y ahora la verdad que la paso brutal.
¿Por qué decís que tuviste problemas para comunicarte?
Porque soy tímido, o por lo menos lo era cuando arranqué en esta profesión, quizá ahora ya no tanto. A mi me gusta mucho el contacto con la gente, que me digan qué les gusta, qué les parecen mi programas… sobre todo con el pedazo de país que tenemos. Cuando hacés teatro no sólo te viene a ver gente de Buenos Aires, capaz te cruzás con gente que viene desde Tierra del fuego, y en el documento tienen República Argentina igual que vos, por eso creo que es lo mejor que tiene la profesión.
Una vez contaste que tenían un acuerdo con Pablo Echarri para no cruzarse en pantalla, este año lo tuvieron que romper…
Lo que habíamos hablado con Pablo, simpáticamente, tampoco es que teníamos un acuerdo demasiado serio… pero nos habíamos dado cuenta que lo mejor que nos podía pasar a los dos era no estar compitiendo con dos buenas ficciones, por ejemplo, una en Telefe y la otra en Canal 13, en el mismo horario.
Hoy te toca dejarle la pantalla caliente a él…
¡Y me encanta! ¿Sabés qué? Salir con un producto como Cuando me sonreís para hacer dupla con El Elegido, ante todo, es un honor muy grande, pero después es una combinación muy linda. Imaginate, con Pablo ya lo hemos conversado, nosotros estamos grabando en los mismos estudios y nos cruzamos todo el tiempo. Además él está estrenando este rol de productor y yo lo aplaudo. Si es para producir ficciones como El Elegido, bienvenido sea a la producción.
¿Coincidís con que es un buen año para la ficción?
Sí, yo estoy muy contento y lo he comentado. Es un año muy muy bueno para la ficción. Pero sobre todo, más allá de la cantidad, por la calidad de ficciones que hay. Hasta las más disparatadas, como la apuesta de Florencia Peña (Sr. y Sra. Camas, Canal 7), en la Televisión Pública, tiene todo un riesgo tremendo. Se tiraron con todo a la pileta, independientemente de la suerte que pueda correr, hay una apuesta y fuertísima. Y este año, me parece, como nunca, todas las ficciones están tocando como cuerdas distintas, y no hay una que digas “ésta es igual a la otra”. Y me da la sensación que el gran ganador es el público.
La última: Contame qué cuerda van a tocar ustedes hasta donde puedas llegar a decir…
¡Mirá…! Esta es una comedia para toda la familia. Por una cuestión de tiempos y horarios va a ir una hora más tarde de lo que podría haber ido, pero vos no podés correr a Susana y a El Elegido y plantar la novela ahí. Uno tiene que acomodarse. La ficción que está terminando es Un año para recordar, y nosotros vamos a ir en ese espacio. Es una comedia para toda la familia, te reitero, no te deja a pata, en el sentido que no es una comedia previsible, es una comedia de libro, la escriben Marta Betoldi y Ricardo Rodríguez, e hicieron una dupla que sencillamente no dio un resultado intermedio; los dos ponen lo mejor de cada uno y han creado esta tira que tiene su vocabulario, su forma de hablar y de decir. Con un elenco extraordinario. El personaje de Sebastián Estevanez es el que viene a dar vuelta la historia. ¿Te acordás cuando jugabas a la tapita? Bueno, Estevanez hace pin y en la primera escena da vuelta todo. Es un programa con el que me gusta mucho compartir las ficciones que hay este año en la televisión.
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