Ella iba muy producida, con pantalón rosa y su inseparable “Mulata”, su perrita. El, con campera con capucha, para tapar los rulos rubios que volaban con el viento de la calle.
De la mano y más que enamorados, en este mediodía, en Palermo, Silvina Escudero y Nicolás Riera siguen avanzando en una relación que no quieren salir a gritar para poder vivirla sin acosos.
Todo bien. No tiene que dar explicaciones a nadie.
Nico se mudará dentro de un mes al barrio, donde compró una casa y ella seguirá en su departamento. En el “Bailando” se saludan como amigos. Como jueguito, redivertido.
De la mano y más que enamorados, en este mediodía, en Palermo, Silvina Escudero y Nicolás Riera siguen avanzando en una relación que no quieren salir a gritar para poder vivirla sin acosos.
Todo bien. No tiene que dar explicaciones a nadie.
Nico se mudará dentro de un mes al barrio, donde compró una casa y ella seguirá en su departamento. En el “Bailando” se saludan como amigos. Como jueguito, redivertido.
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