“Romina Yan era de otro planeta”

Entrevista Michel Brown El ex “Jugate conmigo”, dolido por la muerte de la hija de Cris Morena.

Su historia es la de un galán de telenovela que un día quiso liberarse de sus bellos ojos azules. A los 17 años, Michel Brown comenzó su carrera en Jugate conmigo y desde entonces no paró de trabajar en España y en diversos países de América Latina. Aquí, el galán de Pasión de gavilanes cuenta por qué un día dijo “¡basta!”.

¿Qué significó “Pasión de gavilanes” en tu carrera? Con esa novela viajé a todos lados y se me abrieron muchas puertas. Pero después te empezás a aburrir, querés encarar otros persronajes, que la gente deje de verte desde el lugar de “qué bonitos ojos tienes”. Es cuestión de paciencia, de animarse a parar y esperar hasta que aparezcan buenos proyectos.

¿Durante la espera no temías que nunca te llamaran? Me dio pánico, porque pasé ocho meses diciendo “no, no, no”.

¿Por qué? Porque lo que me ofrecían era otra vez la novela del galán, del bueno... Yo ya estaba mamado de todo eso. Te juro que antes de seguir así prefería ponerme una panadería. Tenía ganas de un reto, sentía que lo podía hacer. Algunos directores ya me habían dicho “loco, es muy chévere que ganes plata como galán, pero ya estás para algo más grande, ponele huevos”. En un momento, me planté. Fue después de haber disfrutado de hacer cine y una serie en España. Entonces paré hasta que tuve la suerte de que llegara Mentes en shock .

¿Con qué actitud fuiste a “Jugate conmigo”? Fui al casting por casualidad, a acompañar a un amigo, y Cris Morena me invitó a pasar. Hice el casting tan despreocupado que me fue de puta madre. Creo que tiene que ver con la vida: cuando uno no pone tanta energía en las cosas ni tiene tantos miedos, sale lo que hay dentro, sin filtros ni máscaras.

¿Cómo te impactó la noticia de la muerte de Romina Yan? Fue durísimo, porque Cris es la responsable de todo lo que me pasó a mí en la vida. Yo estaba sentado en un pasillo, y por casualidad esa mujer me dijo, vení, metete a hacer un casting. Y de ahí se dispararon otras cosas… Si no hoy estaría en una fábrica textil, con mi papá, repartiendo telas en el Once, como gran parte de la colectividad judía, cosa que no estaría nada mal, pero yo me di cuenta de que tenía algo más, y la que lo despertó fue Cris. Le debo no sólo eso, sino mi primera casa, porque pude comprarla por haber hecho una temporada de teatro con Cris. Yo la llamé cuando pasó esto, pero no pude hablar con ella, comprendo que estaba a full. Me hubiera encantado darle un beso y un abrazo porque sé cuánto estará sufriendo. Yo trabajé con Romina en Chiquititas , y creo que era un ser humano de otro planeta. Ella sacó lo mejor de su padre y de su madre. En lo artístico, Romina tenía mucho de Cris, que es una talentosa. En lo demás, el temple y la paz del padre: yo recuerdo que podía estallar el canal, y a Gustavo (Yankelevich) lo veías fresco y buscando la solución. Hay algo que siempre me alucinó: Romina era la hija del tipo más importante de la TV argentina, y para marido, eligió un técnico de la tele.

¿Pensás volver a la Argentina? En año nuevo, para ver a mi familia.

¿Nada más? Por ahora, no. En algún momento hubo una propuesta de trabajo que no se concretó y, hoy por hoy, aunque vivo entre España y Colombia, mi lugar en el mundo es Bogotá.

fuente: clarin