Una guitarra electroacústica. Pesas. Un macbook. Papeles con ¿letras de canciones? El living de la casa del actor y cantante Augusto Schuster (17) es un caos. Está ultimando los detalles de su viaje a Buenos Aires para grabar 20 capítulos de “Casi Ángeles”, teleserie juvenil que además de Argentina, se transmite en países como México, Israel, España e Italia.
Si bien no tiene claro el día exacto en que partirá, debe estar sí o sí en los estudios el lunes 2 de agosto. Allá, junto a su madre se instalarán en un departamento en Recoleta.
“Tengo claro que no soy tan grande y que necesito un apoyo en Argentina. Si es que voy de nuevo, claro que tendré que hacerlo solo”, reconoce.
Tímidamente explica que no puede adelantar mucho sobre su papel, pero que interpretará a un estudiante chileno que llega a Argentina y que no pasará inadvertido, revolviendo un poco el mundo de Thiago, Jazmín o Marianella, figuras de la serie. “Al menos no estaré obligado a hablar como argentino”, sonríe.
Pero también reconoce que si fue contactado por la productora Cris Morena Group (“Chiquititas”, “Floribella” y “Rebelde Way”) fue gracias a su versatilidad.
“He estado en varias series, interpretando distintos personajes. Sé que me falta mucho, pero he hecho papeles como de malos, buenos o pernos. Creo que eso influyó para que me eligieran”, piensa.
Y es verdad: en “Amango” interpretó a un porteño de buen corazón, aspirante a cantante. Después, en “Química el juego del amor” era un nerd tan extraño como el elenco de “Glee”. Y en “Corazón rebelde” era Pablo Bustamante, un adolescente malvado y ganador.
El jovencito de la película
“Estoy leyendo el guión que me mandaron. Está bueno. También he visto los capítulos viejos. Además, estoy mirando harto cine argentino. El actor que más me ha impresionado es Ricardo Darín. Extraordinario”, dice.
Schuster también está aprovechando el impulso de “Mandrill”, la nueva película protagonizada por Marko Zaror (“Kiltro”, “Mirageman”), que se estrenará tentativamente en septiembre y donde interpreta a Zaror cuando joven, antes de convertirse en un cazarrecompensas que quiere vengar la muerte de sus padres. “Él me eligió para hacer el papel. Su personaje en varias partes recuerda las enseñanzas que recibió cuando niño. Y ahí aparezco yo. Me llama la atención lo involucrado que está con el trabajo. Estuvo todo el proceso de filmación. Y debo decir que la película es buenísima. De acción como género. Algo que nunca se había hecho acá”.
Abrirse camino
Schuster va en cuarto medio, pero le dieron permiso para trabajar en al país trasandino. El muchacho está consciente de la gran oportunidad. También lo conversó con su novia, Magdalena Müller, que comparte el protagónico en “Amango”. “Ella está contenta por mí. Nunca habíamos estado tanto tiempo separados. Esperamos en el futuro poder irnos juntos”.
Sabe que el proceso de convertirse en actor es lento (“hay que ir poco a poco, no planificar tanto el futuro”), pero tiene claro que lo suyo es estudiar actuación.
“Si te fijas, los actores en las telenovelas nacionales, por el mismo ritmo de las grabaciones, no pueden desarrollar bien sus personajes. En el cine y teatro, en cambio, tienes el tiempo para trabajarlos. Eso me gustaría lograr”.
Si bien reconoce el trabajo de Benjamín Vicuña y Gonzalo Valenzuela, no cree que ellos hayan abierto el camino a los actores chilenos más jóvenes. “Uno se abre camino solo, creo yo”, opina. Además, el joven Schuster está preparando su primer disco solista, después de cinco discos surgidos de su experiencia televisiva, como la banda sonora de “Corazón Rebelde”.
Ha compuesto más de una decena de canciones en su guitarra y se debate entre lo bailable o el power pop de Jonas Brothers. “Es una buena fórmula mezclar los estilos. Me gusta que haya guitarras eléctricas fuertes. Espero grabarlo a la vuelta y lanzarlo antes de fin de año”.
lasegundaonline
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